Un encuentro de poesía, narraciones, arte y música
Un encuentro de poesía, narraciones, arte y música
Un encuentro de poesía, narraciones, arte y música
EL ULTIMO SUSPIRO
De modo que te tragó la distancia.
Es como goma de mascar, se estira,
mientras te envuelve un manto de nostalgia.
Y dejaste una mujer que suspira,
hijos con ojos llenos de esperanza.
No sabes cómo, pero estás despierto,
persiguiendo un sueño —o quizás dormido,
crees estarlo— al escuchar el gemido
de aquellos que mueren en el desierto
abatidos por la sed y por el hambre.
Entre el cactus —soldado traicionero—
y el sol inclemente, asfixiante y duro,
tumban tus sueños, trizan tu futuro.
En el juego el horizonte es primero,
huye, se esconde, se acerca, se aleja...
Y aparecen de pronto los delirios,
aleteando van y vienen, enjambre
graznando muerte, penas y martirio
en tus ojos velados por el hambre.
¡Del alma se te escapa un alarido!
Al partir todos te desearon suerte,
la mujercita entre llantos y los niños,
entre risas, haciéndote cariños;
no vieron los coqueteos de la muerte
ni escucharán hoy la agonía de tu queja.
Erróneamente hay muchos que te llaman
Mojado con odio y con desprecio,
adjetivo vano, palabra rota...
Tus labios buscan agua y ¡ni una gota
que sacie ya la sed en tu garganta!
Mojado te nombró algún hombre necio
mientras mueres de sed bajo una planta
sin sombra ni hojas, armada de espinas.
Deja tus sueños, que te cubra el manto
de la noche profunda y aniñada.
Tus ojos se quedan ¡ay! sin más llanto
y el norte se hizo polvo, se hizo nada.
Pero duérmete en paz, hermano iluso,
lejos del suplicio de las esquinas,
la discriminación y del abuso,
del gringo explotador y la miseria.
Yo pido que duermas en paz, hermano,
desde mi oscuro porvenir incierto
pues tu último suspiro en el desierto
ya se quedó apretado aquí en mi mano.
LAS HORAS
Las horas cual páginas perdidas
se van sin retorno por el tiempo
con lágrimas escritas,
con abrazos y sonrisas
de otros días.
Pero el mañana nos espera
con los brazos abiertos
y la dentadura desgranada
en una sonrisa
que no se sabe si es de llanto,
de dicha o de burla.
Continuemos el camino.
TRASTABILLANDO
Escuchando los gritos del silencio,
sumergido en esta soledad
que me enreda en espirales,
voy trastabillando con la bruma
de los recuerdos que emergen
del pasado en esta noche interminable.
Enjambre enloquecido que me acecha
los espejos transparentes de la memoria
como arrastrando voces y risas de seres
que se perdieron en el tiempo y la distancia.
Y en la complicidad de los tiempos
se confunden el pasado y el presente
y hay murmullos de la infancia
destellos pasionales de la adolescencia
y un corazón que golpea las paredes del presente.
EN EL OCASO
Con las alas caídas
se fue perdiendo nuestro amor en el ocaso
hasta quedarse sin luz y sin mañana,
cobijado por la noche más triste y más larga.
Se nos acabó el tiempo y el asombro,
nos fue envolviendo la telaraña oscura de la rutina,
nos arrastró el viento de la indiferencia
y fueron cayendo los racimos de ilusiones
hasta volvernos dos seres confusos
que se buscan bajo un manto de sombra.
Ahora que hurgo en tu mirada
en busca de los colores y los pétalos
que antes dulcemente agitara la ternura
sólo encuentro un remanso dormido
y el frío traicionero del agua estancada.
..................PEDÍAS
Con locura de mar embravecido,
el oleaje de tu cuerpo desnudo
fue aferrándose a la magia del ritmo,
y las palabras apenas escapaban de tu boca.
Y los suspiros, los estremecimientos y los jadeos,
se confundían con el silencio de aquel cuarto,
cuando de amor en mis brazos te volviste loca.
Para tu cuerpo no bastaban mis caricias,
pedías que mis labios surcaran tu piel blanca
y que mis dedos se enredaran en tu pelo,
que como una cascada caía sobre mi pecho.
Ante tu belleza enlanguidecieron mis sentidos
y me arrastró en ondeos de arrebato
la mariposa humedecida de tu vientre.
MIENTRAS SUSPIRAS
Emerges del silencio vestida de nostalgia
Y del melancólico manto con que se cubre el tiempo
van desprendiéndose los instantes que juntos
dibujamos.
¡Y eres tú!, mujer piel de luna llena,
la que ahora acorta la distancia
invadiendo los sentidos.
Ahora me recordarás quizás mientras suspiras,
¡ay! pasaste del llanto a la añoranza,
de la añoranza a la esperanza y después
a la resignación como último recurso.
pero no hubo espacio en tu corazón para el olvido.
En la densa niebla del tiempo transcurrido
aún se adivinan los atardeceres:
nosotros tomados de la mano,
un solo asiento en el autobús para los dos,
un solo plato para la cena,
tus ojos mirándome tiernamente,
y la pasión de una juventud que se nos escapó.
Muchas fueron tus lágrimas, mujer.
Y aunque me esperanas sabías que no volvería,
que aquel vacío que en tus brazos yo dejaba
como el tiempo y la distancia también era interminable.
Yo guardé las mías, las apretujé en mi corazón
y por las noches,
se escapaban en avalanchas de sollozos
que me hundían en un insomnio demente y lastimoso.
Como antes, hace tanto tiempo ya,
rompías mi silencio con un beso dulce y un suspiro,
ahora lo llenas con tu recuerdo
y aferrada vives aquí en mi corazón.
OSCAR BENÍTEZ es un poeta salvadoreño de Los
Angeles. En su extensa lista de publicaciones se incluye .
Cuando caiga la noche, Treinta poemas de amor para
María y la novela Cuando concluyó la guerra. En 1984
ganó el primer premio del Concurso Internacional de Poesia
Benito Juárez y el alcalde Tom Bradley reconocio su labor
por la cultura entregándole la Medalla de la Ciudad de
Los Angeles.