O C T U B R E, M E S A N I V E R S A R I O |
E D I T O R I A L |
Esta edición de La Luciérnaga Online es una más que especial ya que el próximo 16 de octubre no sólo se celebrará otra exitosa reunión, sino que ésta será la número sesenta y uno. Sí, La Peña Literaria La Luciérnaga está cumpliendo cinco años de constante e ininterrumpida labor. Agradecemos a todas aquellas personas que, a través de estos cinco años, han pasado por nuestra peña que se ha transformado en un lugar en donde, además de encontrar amigos y estrechar vínculos, se ha contribuido a la difusión de las letras y artes de la cultura latinoamericana. Y para festejarlo más informalmente, el domingo 14 de noviembre se realizará un picnic en la ciudad de Tujunga. Más información acerca de este evento se dará en la próxima peña que, esta vez, se realizará en North Hollywood. A través de estos cinco años, La Peña Literaria La Luciérnaga ha sabido ganarse un lugar de reconocimiento en el ámbito cultural local, no sólo por su constante labor productiva sino por la calidad de los trabajos que allí se presentan y que, a través de La Luciérnaga Online, se están dando a conocer a nivel internacional. Prueba de ello fue el concurso de poesía y cuentos que se organizó en el 2009 y que contó con un considerable número de participantes de diferentes países de habla hispana. Para continuar de manera más organizada con este proceso de crecimiento, el Consejo Directivo de la Peña Literaria La Luciérnaga hs decidido comenzar un registro de miembros, a partir de enero de 2011. En esta edición, también, estamos invitando a que a través del BLOG se vote para elegir a la persona más representativa de La Luciérnaga 2010. Esta iniciativa comenzó hace dos años atrás y ahora, nuevamente, tendremos la oportunidad de seleccionar a aquella persona que, a través de su trabajo, su calidad y su constante aporte, merece ser el representante de La Luciérnaga. Y para aquellos que aún no lo saben, en la pasada peña de septiembre, La Luciérnaga Online Publications presentó su primera antología. Este libro de 93 páginas, que ha recibido una crítica más que elogiosa, es un ejemplo de cómo la nueva tecnología permite que se publique a bajo costo. Esta es una gran oportunidad para aquellos que durante mucho tiempo soñaron con publicar sus trabajos, pero que hasta ahora no lo han podido hacer. Como convalidación de nuestra labor, ya tenemos en proceso de publicación un trabajo del reconocido escritor cubano Julio Benítez y otro del argentino Rafael "Gaucho" Figueroa. Además, hay tratativas con otros tres escritores que podrían formalizar su pedido a corto plazo. Queridos amigos, como ven, este mes de octubre es uno cargado de novedades y promesas. Nos juntamos, entonces, en la próxima peña que, ya saben, es el sábado 16, en North Hollywood. Cecilia Davicco Editora |
P O E S Í A S |
ESTA NOCHE BLANCA Mele Mus |
DEVANEO Gladys Jiménez |
EUFEMISMO DEL DESCABEZAMIENTO INEVITABLE José Mariano Cantoral Figueroa |
JOSÉ MARIANO CANTORAL FIGUEROA, poeta y escritor guatemalteco. Ha ganado varios concursos literarios. Además es columnista de la revista electrónica Albedrío de Guatemala. Tiene inéditos los libros ya terminados: Corasón no lleva zeta (Poesía) y La ciudad vacía (narrativa). Su trabajo activo y actualizado puede ser leído en su blog www.masqexpreso.blogspot.com. |
C U E N T O S |
Me encontró, y debo ser enfático en ello, en la esquina de la Florence y la Pacific, y se lo llevó todo. Tenía los cabellos negros larguísimos y unos ojos profundos y marrones. Vengo de lejos, me dijo, y soy más que un águila, una aparición. Me platicó una historia vieja que yo tomé a broma. Nada me importó saber ni su origen ni de los remotos caminos a la luz de sus tres lunas de los que quería platicarme. En lo único que yo pensé y lo confieso fue en no pensar en nada. Su cuerpo era una provocación que un viejo cazador empedernido como yo no iba a dejar pasar. Ella insistía en no ser de este mundo y en que venía, a su modo, también en plan de cazadora. Palabras más, palabras menos, como en un sueño la llevé, más bien diría ella me llevó para ser fidedignos, a mi cuarto. Disculpando el desorden eterno de mis cosas apagué la luz. Su cuerpo desnudo, lo juro, relumbraba en la oscuridad. Vengo de muy lejos, me dijo entre beso y beso. Como quien acaricia una estatua de arena así yo acaricié sus formas, sus piernas alargadas y abiertas, sus senos endurecidos, sus labios, las cicatrices que habían dejado sus alas en la espalda. Así me lo dijo ella y yo en ese momento todo se lo creí. Extasiado en sus jadeos y en su entrepierna a nada me negué. Todo lo quiero para mí, me dijo entre jadeos y yo le dije sí, mi alma, mis caminos, mis ojos, mis manos, mis dedos, lo que tú quieras sí pero cabálgame de nuevo, déjame besar, morder, internarme en tu piel, en tus líquidos, en tu vagina de fuego, y ella me lo cumplió. Luego del acto interminable con el que inventamos el amor como entre nubes la vi vestir. De prisa cubrió su desnudez y de prisa también lo tomó todo. Cada petición a la que yo había accedido se cumplió. Serena, casi maternal, la mujer me arrancó los ojos, los dedos, y se lo llevó todo. Vengo de muy lejos, me dijo con sus labios en mi oído y despacio abrió la ventana y se lanzó al vacío. El traquetear de sus alas atronó la quietud susurrante y sigilosa del amanecer de North Long Beach. Esa es la historia que aunque a nadie le importe compartimos muchos de los desamparados que vivimos bajo el puente de la 105 y la Paramount. Cada amanecer nuestros cuerpos contrahechos y rotos se retuercen de rabia y de temor al escuchar los incontables aleteos que todo se lo llevan y que recorren de aquí para allá la ciudad dormida buscando nuevas presas. |
Un hombre de 42 años le pedía un autógrafo a un jugador de fútbol muy conocido. El hombre se mostraba fascinado por la presencia de su máximo ídolo. El joven futbolista cumplía con el pedido al tiempo que, en voz baja, pensaba: ¡Cómo quisiera estar en el lugar de este hombre! ¡Cómo me gustaría poder caminar por una plaza, ir al cine con mi novia, tomarme un colectivo como lo hace cualquier persona! El hombre recibió el autógrafo como si fuera su bien más preciado (seguramente lo era). También era el autógrafo número 3547 que firmaba la estrella del balompié. Cara a cara con él, el hombre no supo (ni quiso) ver la profunda tristeza de su máximo ídolo. Le dio unos golpecitos en un hombro y le dijo: “Seguí así, pibe. Sos un fenómeno”. El hombre se retiró a continuar con la vida que, sin darse cuenta, él había elegido. Su ídolo siguió perdido y desconcertado en la vida que le había tocado y que jamás supo (ni quiso) gambetear. -------------------- *** -------------------- El chofer de un colectivo venía tres minutos atrasado y estaba cerca de llegar al final de su recorrido. Aunque hizo el máximo esfuerzo por enganchar la luz verde del semáforo, no logró su cometido y el colectivo quedó detenido en una esquina. Con cierto dejo de fastidio el colectivero viró su cabeza hacia la derecha cuando vio bajar de su lujoso automóvil a un afamado futbolista. De repente, observó como un fanático se acercaba y le pedía un autógrafo. Entonces, pensó en voz alta: “¡Qué vida de mierda! ¡Hombre grande pidiéndole un autógrafo a ese burro! ¡Eso es ser un fracasado!” Y como para que todo el pasaje lo escuchara, volvió a rematarla: “¡Qué vida de mierda! El colectivero hacía 35 años que trabajaba de lunes a sábados en la misma empresa de transporte. -------------------- *** -------------------- Un experimentado ingeniero regresaba a su hogar luego de asistir a una entrevista de trabajo. Hacía 7 meses que lo habían despedido de la empresa en la que se había desempeñado durante 18 años. Lo único que añoraba era llegar a su casa, pegarse una ducha y llamar a su nueva novia. Quizá, si tenía suerte, ella vendría esa noche a dormir. Ambos estaban muy enamorados y conformaban una bella pareja pero el ingeniero andaba tan enojado con la vida que (aún) no se había dado cuenta. Habían transcurrido 37 minutos desde el inicio de su viaje y su cabeza navegaba por los vacíos más infinitos. Hasta que de un momento a otro un muchacho se subió al colectivo y se ubicó en el asiento pegado al suyo. El muchacho era joven, atractivo y se mostraba muy seguro de sí mismo. Hablaba por celular aparentemente cuestiones relacionadas con su trabajo. El ingeniero pensó con la garganta: “Cambiaría todo por estar en el lugar de este pibe”. Tenía bronca el ingeniero, bronca contenida en cada gramo de su cuerpo. El muchacho seguía hablando por teléfono y en un momento el ingeniero no aguantó más. “Nene, me estás aturdiendo el oído, ¿no te molestaría seguir la charla más tarde?”, le sugirió. El muchacho le puso su peor cara pero igualmente aceptó la sugerencia y cortó la comunicación. -------------------- *** -------------------- El muchacho atractivo tenía una vida acomodada, una juventud reluciente, una casa amplia y cómoda, un trabajo muy redituable además de un éxito automático con las mujeres. Había un detalle, sí. Nunca jamás una mujer se había enamorado de él. La historia era repetida. Ellas caían como mosquitas pero al poquísimo tiempo (el tiempo que va del primer polvo a lo que sigue) aparecía un hombre “torpe”, “ordinario”, “egoísta”, etc. según la opinión de cada una de las mujeres de turno. El muchacho no tenía amigos, se sentía solo y hacía tiempo había detectado que su vida paseaba vacía de toda vacilidad. Varias veces había pensado en el suicidio. Esa tarde volvía del trabajo más cansado que nunca, llevando a cuestas un cuerpo gobernado por un severo cuadro de estrés. |
Ofuscado además por el comentario ofensivo de un pasajero, se cambió a un asiento individual y se asomó por la ventanilla para tomar un poco de aire. Así descubrió en la calle, apoyada en una persiana de un negocio, a una pareja en plena sesión de besos. Ella lo miraba apasionada, él le regalaba un abrazo multitudinario. Era la felicidad pura. Su alma no lo pudo tolerar. Se angustió unos largos segundos, más precisamente los segundos que tardó el semáforo en pasarse otra vez a verde. Y el colectivo no arrancaba. Y el colectivero balbuceaba vaya a saber qué. Entonces, ya desbordado por el desborde, le gritó desde el fondo: “Eh maestro, ¿va a arrancar o no? No tenemos todo el día…” El chofer lo miró por el espejito con rostro desafiante… -------------------- *** -------------------- Ella y Él eran novios hacía 7 años. Pero esa tarde habían decidido separarse para siempre. Él la quería pero ya no la amaba. Ella lo necesitaba pero ya no lo amaba. Estaban enredados en el último beso, muertos de miedo y de tristeza. Se miraron fijo a los ojos. Se abrazaron fuerte y cada uno se fue por su lado, en todo el sentido de la expresión. Ella comenzó a caminar hacia la avenida en busca de un taxi que la dejara en su casa. El dio media vuelta y, todavía aturdido por la situación, se dispuso a cruzar la calle. En la calle había un colectivo detenido y en la vereda de enfrente un hombre también se disponía a cruzar. En realidad ya estaba cruzando. Entonces Él también empezó a cruzar la calle sin dejar de mirar a aquel hombre que se acercaba. Fueron un par de segundos, nada más. Pero a Él le alcanzaron para deslumbrarse por el tamaño colosal de aquella sonrisa. Nunca en su vida había visto una sonrisa tan grande como la del hombre que cruzaba la calle con la cabeza gacha, obnubilado por un papelito que llevaba en su mano derecha. Hasta llegó a sentir envidia, sentimiento que resultó ser el último de su vida. Porque cuando superó la línea del colectivo parado, un segundo ómnibus los embistió de lleno a Él y al hombre de la sonrisa. -------------------- *** -------------------- El linyera que duerme en la esquina vio todo (o casi todo). Al joven que escribió en un papel, al hombre que se lo llevó, al colectivero que se peleaba con un pasajero y a otro que intentaba separarlos, a la pareja que sin darse cuenta pisoteó sus cartones y al ómnibus que se aproximaba a gran velocidad. Pero no pudo hacer nada (aunque quiso) (o al menos eso creía él). La maquinaria de la realidad que se avecinaba, al parecer, superaba a todas las realidades y también a la suya propia. ¿Era esa, entonces, una realidad más poderosa o de primer grado? ¿Qué estaba pasando en realidad? ¿Cuántas realidades conviven al mismo tiempo? ¿Cuál es la más real de las realidades? ¿Quién la construye? ¿Somos nosotros o son los de afuera? Esta y muchas otras cosas más se quedó pensando el linyera, entrada la madrugada, cuando las personas que pasaban por esa esquina ni se imaginaban la terrible tragedia que había ocurrido unas horas antes. Sólo tenían una mirada cargada de miedo o de lástima cuando divisaban a aquel linyera recostado en el piso sobre esos cartones húmedos. Y el linyera (que cada tanto solía ser feliz) también las veía pasar. Y seguía pensando, al borde de la seguridad, que esas personas, como siempre, estaban mirando otra cosa. |
E L C A Z A D O R José Manuel Rodríguez |
M I R A D A S Hernán Granovsky |
Hernán Granovsky, periodista y escritor argentino, reside en Buenos Aires. Aparte de su aficción por la literatura, su interés por la música lo llevó a integrar una banda de ´sikuris´ que interpreta canciones andinas con el objetivo de reivindicar los valores de las primeras civilizaciones de las Américas. |
José Manuel Rodríguez, escritor colombiano, ha recibido numerosas menciones y premios, entre los que cabe destacar el Letras de Oro de la Universidad de Miami. Forma parte del consejo editorial de La Luciérnaga Online. |
E N S A Y O S |
Dedicar una ponencia a los artículos americanistas de La Edad de Oro resulta una tarea compleja por el hecho mismo de que los cuatro números de la revista que José Martí dedicó a los niños se encuentra permeada con múltiples referencias a lo que él llamó “Nuestra América”. Catalogado por Jorge Luis Borges como una leyenda caribeña, tuvo su autor gran reconocimiento en Domingo Faustino Sarmiento (Sarmiento, 175) quien junto al inmortal nicaragüense Rubén Darío lo catalogaban como uno de los hombres más respetables de la literatura en español de su tiempo. (Darío, 201) No en vano el célebre Alfonso Reyes lo llamó supremo varón literario. (Reyes, 255) De acuerdo a muchos de sus biógrafos, Martí se encontraba en medio de un reposo fecundo cuando escribe lo que devino libro, luego de su publicación en Italia en 1905. (Retamar, 9) José Martí no descansaba ni se deslindaba de las dos grandes pasiones de su vida: Cuba, por la que ofrendó su vida y, junto a ella, el amor por los vastos territorios del Río Bravo a la Patagonia. Precisamente, la intención de nuestro trabajo es comentar la presencia de materiales específicamente hispanoamericanos en La Edad de Oro. Esa revista contiene una variedad de géneros que pasan por el cuento, la poesía, la fábula; la mayoría inspirados o traducidos de la tradición popular o de poetas conocidos. Los artículos, por su parte, derrochan el talento martiano al convertir los mismos en verdaderos ensayos sobre los temas que trata. Estos últimos fueron ordenados según el poeta mexicano Manuel Gutiérrez Nájera como una especie de programa de estudio dedicado a los niños americanos, entiéndase de nuestra cultura. (Nájera, 7) Me gustaría apuntar que, en su interés por divulgar el máximo posible de información, Martí se convirtió en emisor de conocimientos, tanto para niños como para adultos. La Edad de Oro es uno de esos libros que puede ser leído por cualquier lector, punto aparte de algunos cuentos dirigidos a infantes de poca edad. Es bueno señalar que en la revista encontramos algunos ensayos que se enmarcan en lo universal, pero conjugados con lo americano. Ejemplo de lo anterior son “Un juego nuevo y otros viejos” adonde se mueve a otros continentes, pero profundiza en muchos elementos autóctonos de nuestros países. “La historia del hombre contada por sus casas” no sólo visita los hogares en aquellas naciones allende nuestro entorno sino que se enmarca también en descripciones de las moradas de varias civilizaciones de nuestro continente. Como el primer artículo señalado, nos interesa precisar que los mismos no son puramente americanistas sino que pasando de lo universal se llega a lo particular. En La Edad de Oro se publican sólo tres ensayos específicos del tema americanista y que comentaremos a continuación: 1. “Tres Héroes”: sobre los próceres Hidalgo, Bolívar y San Martín (Aparecido en el primer número). 2. “Las ruinas indias”: adonde aborda sus valores para lo que él llama Nuestra América (En el segundo número). 3. “El padre Las Casas”: Vindicación justa del defensor de los indios. En una especie de apertura temática, nos encontramos con “Tres Héroes”, el artículo más conocido y estudiado. Es un trabajo fundacional adonde la prosa martiana toma el vuelo que llenó de admiración a tantos contemporáneos suyos. ¿Por qué Bolívar, Hidalgo y San Martín? Martí necesitaba concentrarse en tres gigantes que ayudaron a formar nuestra patria grande. Algo de autobiográfico se entremezcla cuando menciona el viajero que llega a Caracas a buscar la estatua del libertador. (Martí, 32) Ahora bien, el gran patriota cubano sabía que los hombres no son infalibles pero no quería confundir la mente infantil y por eso nos menciona que el sol tiene mancha pero nos alumbra y que la luz tiene más fuerza que lo negativo. El respeto a los héroes escogidos queda claramente indicado cuando les señala a los niños que su recuerdo constituye la base de su propia identidad. Yo diría que esto es aún vigente en una época en que el liberalismo venido del Norte trata de desacralizar las figuras patrias. Permítaseme citar al propio Martí: “…En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados. Estos tres hombres son sagrados: Bolívar, de Venezuela; San Martín, del Río de la Plata; Hidalgo, de México. Se les deben perdonar sus errores porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol.” (Martí, 33) Mucho más podríamos indicar acerca de las descripciones individualizadas, precisas y verdaderamente profundas de Bolívar al que pide amar como un padre; de Hidalgo, el sacerdote mexicano culto y amante de la libertad que no pudo culminar su tarea por divisiones e incomprensiones y, por último, del prócer San Martín, el Libertador del Sur quien cede la gloria a Bolívar, en Perú, y cómo su hidalguía lo lleva a morir en el destierro. “De ternura se llena al pensar en esos grandes fundadores”, nos dice Martí. (Martí, 36) Este ensayo constituye una pieza maestra de Martí, sólo comparable a Nuestra América. Martí lo escribió para enseñarnos el hombre bueno, como contraste con aquellos “que pelean por ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarle a otros pueblos sus tierras, no son héroes, sino criminales”. (Martí, 37) La conclusión se infiere, no hay opción para los traidores y los hipócritas. Los honrados, los amantes de la libertad, los agradecidos, son los que tienen según Martí un lugar digno entre los hombres. En el segundo trabajo puramente americanista parece como si leyéramos prosa poética al iniciar “Las ruinas indias” Veamos: No habría poema más triste y hermoso que el que se puede sacar de la historia americana. No se puede leer sin ternura, y sin ver como flores y plumas por el aire, uno de esos libros viejos forrados de pergamino que hablan de América de los indios, de sus costumbres. (Martí, 114) Este es uno de los ensayos más profundos que se haya escrito en su época sobre el tema de lo americano. No se detiene únicamente en el aspecto arqueológico. Produce también una clase magistral sobre las culturas de nuestro continente. Allí nos habla de las civilizaciones perdidas y de la cultura espiritual transcrita en los viejos manuscritos. Martí intenta desmitificar el supuesto salvajismo de los antiguos indios, porque él va a insistir no sólo en el aspecto material sino también de su vida espiritual: "…Ellos imaginaron su gobierno, su religión, su arte, su guerra, su arquitectura, su industria, su poesía. Todo lo suyo es interesante, atrevido, nuevo. Fue una raza artística, inteligente y limpia. (Martí, 114) Luego continúa prestigiando el valor de esas civilizaciones. Nos habla de los símbolos que utilizaban y el valor del quetzal, el color y la imaginación creativa de los artífices de Tenochtitlán o Cholula. Y confiesa cómo se hace uno amigo de ellos, leyendo los libros viejos sobre ellos. Vuelve a la carga sobre ese legado al mencionar la existencia de pirámides más altas que las de Egipto, y sobre reyes como Netzahualpilli, justo hasta matar su hijo por faltar a la ley. Nos menciona los héroes como Xiconténcatl que rogó a su pueblo a modo de un Demóstenes que no dejara al invasor tomar su tierra. |
L O S A R T Í C U L O S A M E R I C A N I S T A S D E L A E D A D D E O R O Julio Benítez |
"Inquisición de España" en sus actos de fe en plazas públicas. Martí basa su evidencia en fuentes antagónicas provenientes de Bernal Díaz del Castillo y el Padre Las Casas. Martí dedica largo espacio a México por haber vivido en aquel país. Nos describe cómo los aztecas conquistaron y gobernaron al modo de un imperio como comerciantes, juntando riquezas y oprimiendo el país. Así explica la alianza entre Cortés y un ejército de indios que lo acompañó. A continuación procede una representación de la capital de los aztecas. Detalla sus calles, plazas, sus edificios y sus casas que eran de adobe o calicanto cuando la poseía un rico. Describe la pirámide de cinco terrazas que se levantaba por toda la ciudad y sus templos. Así es como nos describe una ciudad que fue en su tiempo una de las más grandes y ordenadas del mundo. Más adelante, continúa su recorrido por los sitios arqueológicos asentados en la tierra mexicana. Así acompaña a su lector por la tierra brava de los zapotecas. Entonces, continúa su explicación histórica de cómo pueblos de una misma lengua se fueron ganando el poder del centro y el Pacífico mexicano y vuelve con su denuncia al señalar que no quedó ni casa ni ciudades en pie, luego de la conquista por España. Tiene razón Elena Alba Buffil cuando señala que Martí torna su ojo no a lo extraño sino a lo autóctono. Concuerdo con ella cuando afirma que: “Siempre tiene en cuenta Martí la realidad de nuestra América. por eso se indigna y se violenta por los fracasados intentos de someter los procesos históricos hispanoamericanos a cánones foráneos.” (Buffil,1) Así, diríamos que este ensayo sorprende por su extraordinario conocimiento sobre las culturas indígenas y, sobre todo, por su interés por preservar ese legado. Para Martí, todo pasaba en la América hispana por el problema indio. En el tercer artículo americanista, Martí lo dedica a una figura que la historia ha bautizado como defensor de los indios. De la tríada de ensayos, éste es el único que se consagra a una personalidad en especial: Fray Bartolomé de las Casas. Significar la labor de este hombre venerable es un acto de reivindicación. Martí quiso así elevar a su justa medida la obra de quien hizo bien y se puso del lado de los oprimidos. Su mención del libro la Destrucción de las Indias inicia esa estimación de la cultura que encontraron los colonizadores. En el ensayo, Martí contrasta a “…aquellos conquistadores asesinos” que, según él, “debían venir del infierno, no de España”, para compararlo con el español bueno y honrado. Nacido de una familia también peninsular, pudo el cubano colocar sus rencores a un lado y descubrir la parte buena que viene de Madrid. La escena del rey Bechechío de La Española quien recibió amistosamente a los españoles, dando en matrimonio a su propia hija, resulta particularmente dramática. Los conquistadores pagan con el genocidio que acabó con los aborígenes de las islas caribeñas. Como contraste el Padre Las Casas, nos dice Martí, no les disparaba el arcabuz en esa orgía de sangre. “…él le abría los brazos”. Su ensayo cuenta con precisión aquel momento negro del Encuentro de Culturas. También nos menciona sus viajes a palacio y toda la persistencia por encontrarse con el monarca para desmitificar las falsedades de Oviedo. Por eso El padre Las Casas se describe como el hombre que se enfrentó a Sepúlveda, el maestro del rey que defendía el derecho de repartir los indios como siervos y nos explica su refutación de las falacias sobre los sacrificios humanos y su exageración por los españoles. Pero Martí anota que aun cuando lo llamaban “Protector Universal de los Indios”, tuvieron que pasar cuarenta años para que concedieran el derecho a poner leyes y razones para proteger a los originarios del continente americano. Parece absurdo,hoy en día, pero también debió explicar por qué no se debían esclavizar a los indígenas. En el último párrafo de este ensayo con su prosa modernista, Martí describe el obispado que recibió Las Casas y su conmiseración por los indios en Chiapas, así como la hostilidad de los encomenderos que lo hicieron repatriar cuando el virrey lo embarcó a España casi a escondidas. Para continuar, Martí aclara cómo una equivocación llevó a Bartolomé de Las Casas a pedir a la corona que en lugar de indios se trajeran esclavos africanos. Pero este error, pecado enorme, fue reconocido por él, cuando vio padecer a los negros. Dice Martí que decía: “¡con mi sangre quisiera pagar el pecado de aquel consejo que di por mi amor a los indios!” Y por eso se acompañaba de un negro cariñoso y dos españoles buenos que fueron su ejército en sus últimos tiempos en América. (Martí, 187 ) Finalmente, en este artículo magistral, Martí ofrece a los niños de América un héroe incansable y bondadoso. Cierra con palabras adonde recalca cómo el padrecito jamás se detuvo en su tarea: “Él se fue a su convento, a pelear, a defender, a llorar, a escribir. Y murió, sin cansarse, a los noventa y dos años:” (Martí, 187) Con esos pensamientos desarrollados en estos tres artículos, Martí trata de suplir la falta de información que los estudios culturales y la escuela de la época utilizaban con respecto a Nuestra América y nuestros orígenes. Un sentido de patria grande, específicamente señalado en su Revista, recorre cada uno de esos trabajos. Los niños de nuestro continente y nosotros todos podemos aprender, a través de su lectura, sobre quiénes ayudaron a formar hispanoamérica, así como cuál es la base de nuestra historia y nuestro propio ser americano. REFERENCIAS Alba-Buffil, Elio: “José Martí y su fe en Nuestra América”, en José Martí ante la Crítica Actual. New York: The Citiy University of New York Kinsborough C. College, Círculo de Cultura Panamericano,1983. Darío, Rubén. “La literatura en Centroamérica”, en Obras desconocidas de Rubén Darío. Santiago de Chile: Universidad de Santiago, 1934. Martí, José: Prólogo por Fernández-Retamar, Roberto. La Edad de Oro. Edición Crítica. México: Fondo de Cultura Económica, 1995 Gutiérrez Nájera, Manuel: “La Edad de Oro de José Martí”, en Acerca de La Edad Oro. La Habana: Centro de Estudios Martianos, Ed. Letras Cubanas, 1980 Martí, José: La Edad de Oro. Edición Crítica. México: Fondo de Cultura Económica, 1995 Reyes, Alfonso: “El deslinde”, en Obras Completas. Tomo XV. México: Fondo de Cultura Económica, 1963. Sarmiento, Domingo Faustino: “La libertad iluminando al mundo”, en Obras XLVI. Buenos Aires. 1900. |
Julio Benítez, es un prolífico poeta y novelista cubano que ejerce la docencia en Los Angeles. Lleva publicados varios libros entre los cuales cabe mencionar La Reunión De Los Dioses, presentado en un Simposio en Buenos Aires, Argentina en el mes de agosto de 2010. |
Sobre el punto de los sacrificios humanos, asegura que los europeos han tergiversado toda la historia, al exagerarlos. Sin embargo, explica sus causas y los compara con otros pueblos antiguos. La superstición y la ignorancia hacen bárbaros a los hombres en todos los pueblos, algo comparable a la |
M Á X I M A S Y M Í N I M A S Rafael Carvajal |
Rafael Carvajal, de Colombia, escribe ingeniosos dichos populares que aparecen en publicaciones como Tiempo Sur e HispanicLA. rafiacv@yahoo.com |
No hay que dejar para mañana, lo que se puede hacer hoy. A lo mejor sale una ley que lo prohíba. Mientras que el programa espacial va hacia arriba, el panorama industrial va hacia abajo. El mayor error moderno no es anunciar que el diablo vive, sino creer que Jesús ha muerto. Ser honesto con los demás es mentirse uno mismo. Hay días que nos sentimos mal estando bien. Que alguien me explique: ¿Por qué en los almanaques el fin de semana está al principio? Durante el noviazgo todo es color de rosa; lástima que al casarnos salen las espinas. Al conferencista lo aplauden cuando termina de hablar porque terminó. Sabremos que la recesión ha pasado, cuando la gente de nuevo comience a comprar cosas que no necesita. Las mujeres que se quitan los años para creerse menores, lo hacen por motivos mayores. Hay quienes comen muchas hamburguesas y sin embargo son delgados como ´hot dogs´. Definición de "fraude": arte de poner urnas electorales a los ciudadanos y no ciudadanos en las urnas electorales. |
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