Volumen III * Número 4 * JULIO - AGOSTO 2009 |
D E L E D I T O R |
Y SIGUEN LAS PEÑAS... |
Néstor Fantini |
P O E S Í A S |
MOMENTO NORTEÑO |
JUEGO DE NIÑA |
Alejandro Molina |
Ella vivía con su hijo cerca del puerto. El se pasaba meses en los barcos. Ella lo esperaba con el niño en brazos mientras que el horizonte se desdibujaba tarde en tarde. El regresaría repleto de regalos olorosos a otros lugares- salados, y secos, cardamomo y jengibre. Ella se olvidaba de su cara y a veces por las noches al recordar sus manos, sus ojos la miraban. El era como el mar, principio y fin. Ella tenía diez años. ................LA ROSA... OTRA VEZ en la oreja de tu boca deletreo palabras siembro el polen que les robé a las abejas para que adentro por los corredores de tu vida cante alumbre florezca inunde el eco insondable de la rosa ................ENTRE MUNDOS Una lágrima encuentra el camino a ese lugar entre nariz y mejilla el cañón del dolor Una aún mas pequeña tiembla en la comisura del ojo izquierdo como el colibrí cuando agita las alas invisibles de la mañana El día se separa de su clara y de su yema ......................ALIADOS Nada pasó esta semana salvo dos sueños, barcos que navegan la noche atreviéndose a cruzar el amanecer. Poemas no querían ser. Hasta que una palabra y planta del jardín se aliaron para deshacer la lasitud del verano en una profusión de buganvillas. |
En el cielo mojado las estrellas se esconden. Puedes buscar por toda la ciudad y encontrar sólo humedad, puedes buscar, por ejemplo, el momento de decir las palabras que abran corazones. Puedes buscar voces de la gente que se escuchen como gotas que caen en la esperanza. Incluso puedes buscarte y descubrir que tu vida es sólo agua que corre. Los ojos hacia adentro miran cuando la lluvia busca la tierra. Y tu recuerdo tiene su espacio, hace preguntas; por más que quieras no lo callas. Entonces, el dolor añejo como vino trae nubes para tu casa, trae la sonrisa lejana que una vez tuvo nombre y motivo de alegría, trae la piel que tanto amaste en suspiros que remojan la distancia. Llegan en la memoria con la brisa húmeda las noches que te negaron canción y las brillantes lunas que te inspiraron a hablar con tu guitarra, pero también llegan, ruido de razones por no estar tan empapado como cuando endulzas un poema con las promesas, que si se hubieran cumplido no estuvieses contemplando la multitud que pasa y que también busca su agua. .......................................POETA DEL ESPEJO Me llevas a los laberintos de la carne y de los ojos puestos en las puertas que conducen al cerebro y a las palpitaciones por los ríos y las estrellas. Regreso a las oraciones, a los dedos que acarician las páginas de tu libro y de tu facilidad de romper esquemas. Contemplo por mucho tiempo, pongo el oído por debajo del viernes y la pirámide para oír el caracol con que te pronuncio para elevar tu plegaria con mi vocecita de hueso de aguacate. Brota el incienso de las visiones en la metamorfosis escalando los espejos humeantes, humeantes de la razón y los sentidos con los que hago una taza de té de siete azahares y me inyecto de tu tiempo. Me hago pájaro entre tus líneas, entre tus calles que huelen a cantera, a fuego milenario que consume todo testigo y todo los estilos en una charamusca de espacio y confesiones donde desaparecen todas las dudas como tortillas tiesas por el sol, y la nostalgia de oír los perros detrás de las puertas, detrás de mis creencias. Se cosechan verdades. El día se hace un punto en el firmamento. Abres tus alas y vuelas por la eternidad y lo imposible se hace polvo, Entonces es que creo que la felicidad existe. .............................................CREO SIN QUE ESTÉS Un sueño se mece en mí brindándome un unicornio una piedra una ola una parábola y agua cristalina Luego contemplo el nítido azul de tu sonrisa y la sinceridad de tus ojos para dar amor sin esperar En la profundidad son tres kilómetros Y tras de los kilómetros descubro gaviotas un horizonte un armónico caracol un danzante en un remolino de plumas Estoy con unos venados adornando el cerebro Caigo en una brisa de bosque que trae mariposas monarcas Y todos llegamos a un río Se convierten en arco iris en la luz radiante de la tierra. A una ventana le doy mi voluntad El cuerpo se trasluce Mi alma vuela Y mi palpitar se hace campo Aquel soy yo pero adentro con otro rostro Y otro proceder de montaña a montaña Pero son mis manos las que te hacen mujer en el cielo que conozco y abrazo de punta a punta Las manos como de tierra michoacana como artesano de sueños como pan listo para la fiesta Lo que no descifro es de donde salen los cuervos y la insistencia por contarles de donde nacen el maíz y las estrellas Más adentro el torbellino llega el agua se aclara el cielo se despeja y el horizonte recobra su distancia Ando en los caminos del cuarzo Los pies los tengo en el llano Ves aquella figura de allá La ves Tú dime con tus palabras que son aves madrugadoras las que se extienden cuando es necesario extinguir el dolor las que dices sin tapujos y de frente Esas que son libres de fronteras con los que danzas y cantas como si tú fueras hacedora de arpas generadora de caminos Esas que se llevan en la bolsa de la camisa y se mastican cuando se tiene hambre cuando el silencio no conduce a nada cuando en la vida solo se regresa esas con las que entregas la primavera y mueves a la voluntad con violines Ahora estoy acostado enfrente de una puerta que se abre y se cierra para dejar pasar el copal y la noche Y luego se oye seis, cinco, cuatro, tres, dos… |
Alejandro Molina nació en Arteaga, Michoacán, México. Estudió en el Centro Regional de Educación Normal para ser maestro y actualmente está por obtener una maestría en teatro en California State University, Northridge. Si bien no tiene preparación formal en el ramo de la poesía, su participación en talleres literarios, peñas culturales y su carrera teatral han enriquecido su forma de escribir. |
Elsa S. Frausto es editora de poesía en la-luciérnaga.com. Traductora de ella misma y de todo aquel que lee y relee porque, como ella dice, la traducción es un plagio permitido. Regresa a los clásicos como Góngora, Quevedo y a los más cercanos, entre ellos, Carlos Pellicer, César Vallejo, Alejandra Pizarnik y hace poco descubrió a Rodolfo Hinostroza ( Perú). |
Elsa Frausto |
.....Recorría la casa enajenado. Revisaba una y otra vez detrás de los muebles para asegurarse que no hubiera micrófonos o cámaras ocultas. La paranoia aumentaba, conforme su figura iba empequeñeciéndose. Los ojos bordeados de enormes ojeras y la cara abotagada por el exceso de alcohol, le imprimían un aspecto deplorable a su otrora nítida presencia. .....Cuando se casaron, Javier acababa de cumplir 25 años y Virginia 23. Formaban una linda pareja, pero a medida que los años y las diferencias comenzaron a manifestarse, un abismo infranqueable se fue abriendo entre ellos. .....El aceptaba con total naturalidad la metamorfosis que su cuerpo iba experimentando año tras año. Ella no. Cuando su cabello comenzó a caerse y el encanecimiento inició su proceso, se lo cortó dejando atrás el antiguo “look” de los 70. Ella empezó a teñirse para tapar las canas. Primero fue de castaño claro que fue aclarando hasta convertirse en rubia platinada. Y hasta se hizo agregar extensiones para aumentar su volumen. El comenzó a usar anteojos para leer. Ella lentes de contacto y de color verde, como siempre había soñado que fueran sus ojos. Javier había tenido una espalda ancha y marcados músculos abdominales. Ahora sólo le quedaba el abdomen. Su mesa de noche estaba atiborrada de medicinas para el colesterol, la presión, el corazón y pastillas para dormir. .....Ella siempre había sido delgada, pero con los años y las cirugías se transformó en una escultural masa de siliconas. Y las liposucciones, cirugias y estiramientos, pasaron a ocupar un lugar de privilegio entre los gastos fijos de la casa. Las diferencias y la indiferencia fueron aumentando, al tiempo que los ahorros de toda una vida se iban disipando. Javier veía espantado que el dinero ya no le alcanzaba, y no importaba cuántas cosas iba suprimiendo, siempre había algo más para pagar. .....El, desde hacía 25 años, trabajaba como contador para Ayuda y Previsión, una renombrada compañía de seguros. Ella, de haber sido una simple vendedora de seguros, ahora estaba en el mundo del espectáculo, organizando eventos, preparando conferencias y codeándose con los famosos. .....El, quien había dado su palabra de proveer todo lo necesario para brindar un buen pasar a su familia, ahora sentía que su mundo había entrado en una vertiginosa y descendente espiral imposible de detener. Y como en las antiguas básculas de dos platos, a medida que en uno se acumulaban las deudas y las obligaciones, en el otro bajaban los ahorros y el amor que alguna vez lo unió a su esposa. Ahora, sólo quedaba un amargo resentimiento que a veces se confundía con el odio. .....Ella, invertía cuanto fuera necesario para verse como las actrices con las que interactuaba y, aunque sus ingresos eran superiores a los de Javier, jamás contribuía con los gastos de la casa. .....-Ese dinero es mío, él tiene la obligación de mantenerme. Así lo prometió el día que nos casamos-, solía decir enfáticamente y con una sonrisa maliciosa. .....La caja de seguridad donde guardaba sus ahorros, era un secreto que no compartía con nadie. .....Por sus compromisos laborales, Virginia viajaba constantemente recorriendo el país junto con Ramón, el dueño de la empresa. Javier, pagaba las cuentas, cocinaba, lavaba, no se compraba un pantalón desde hacía años y, todos los días, llevaba un sandwich de jamón y queso para el lunch. Su vida transcurría entre obligaciones y preocupaciones. Y cuando se permitia soñar, que no era muy seguido, era cuando la desesperación lo agobiaba. A veces imaginaba que en alguno de sus viajes, Virginia sufría un accidente y él cobraba el medio millón de dólares del seguro de vida que compartían. Pagaría todas las deudas, se mudaría a un departamento chiquito y se dedicaría a viajar. ¡¡¡Ah, qué vida!!! .....En la realidad a Virginia se la veía resplandeciente y él parecía más viejo y gastado que nunca. Sus ojos se perdían en el vacío de las preocupaciones. Y hasta algunas veces se había sorprendido hablando solo, monologando acerca de cómo iba a pagar las deudas. Y hasta había dejado de preguntarse si Ramón sería el amante de Virginia. La verdad es que no tenía tiempo para preocuparse por ese detalle, más allá de que ya no le importaba. .....Aquella mañana, como todos los días, preparó su sandwich y caminó hasta la parada del bus, porque al auto lo había vendido para pagar la última liposucción. Antes, pasó por la ATM del Pacific West Bank a sacar unos pesos. Puso su tarjeta, marcó el PIN y oprimió el botón de “SACAR DINERO”. La máquina hizo su “sheeeiiiik, sheeeeiiik” y después de arrojarle un billete de $20.00, le tiró el recibo con el balance. Javier lo miró, más por costumbre que por curiosidad. Ya sabía de antemano que, después de sacar $20.00, no le quedaría más que $380.00 para llegar a fin de mes. Y para eso, aún faltaban 13 días. “BALANCE $14,380.00.”. Sonrió aceptando que los años le estaban jugando una mala pasada. Se acomodó los lentes y volvió a leer. “BALANCE $14,380.00”. .....-Humm, seguro que apreté mal los botones y puse una cifra incorrecta. En cuanto se den cuenta lo van a corregir. ..... Tomó sus $20.00 y con una sonrisa de tristeza se marchó porque el bus ya estaba arribando a la parada. Durante el día se olvidó por completo del asunto. .....A la semana siguiente, pasó nuevamente por la ATM. Pidió el balance y, esta vez, decía “BALANCE $18,380.00”. .....–No puede ser, lo deberían haber corregido y ¡ahora hay más dinero! No entiendo qué puede estar pasando. .....Durante el viaje en bus, no pudo dejar de pensar en el balance. Inevitablemente comenzó a juguetear con la idea de disponer de esa suma y solucionar sus problemas económicos. Por la tarde, llamó por teléfono al banco para revisar el balance y la voz automáticamente repitió “su balance es de $18,380.00”. .....Esa noche se despertó varias veces. No podía dejar de pensar en el dinero. “¿Y si saco un poco? ¿Qué pasaría?”, pensaba mientras trataba inútilmente de conciliar el sueño. .....A la mañana siguiente se levantó más temprano que de costumbre. Sentía una extraña excitación. Preparó con descuido el sandwich y se fue casi corriendo hasta el Pacific West Bank. Deslizó la tarjeta, ordenó una extracción de $500.00, el máximo que la ATM le dejaría sacar. La pila de billetes de a $20.00 se fue desbordando de la bandeja. Cuando terminó, la ATM hizo su sheeeiiik, sheeeeiiik y largo el recibo con el nuevo balance, esta vez dio $21,880.00. .....-¡¡¡CÓMO!!! ¡No puede ser!- Debía haber un balance de $17,880.00 y sin embargo había $4,000.00 más. – ¿Qué estaba pasando? .....Una copiosa sudoración le recorrió el cuerpo. Sintió un calor exasperante detrás de la nuca, y las orejas se le pusieron al rojo vivo. Los pocos pelos que le cubrían la cabeza se empaparon, abriendo camino a gruesas gotas que resbalaban sobre su frente y le empañaban la vista. .....En su hora de lunch, se olvidó del sandwich y corrió hasta la sucursal del Pacific West Bank más cercana. Entró al edificio y fue directo hasta el cajero. Un jovencito, con la sonrisa de un comercial de dentrífico, le preguntó cómo podía ayudarlo. Dijo que necesitaba extraer $1,000.00. El joven entonces le pidió que introdujera su tarjeta de débito por la máquina. Le dijo que la había olvidado. El cajero entonces, le solicitó su documento de identidad. Se lo extendió tratando de disimular el temblor de sus manos Tick, tick, tick, sheeeiiik, sheeeeeiiik. .....-Cómo los quiere, ¿de a $100.00 o en cambio? .....Javier casi no podia hablar. .....– De a $100.00, por favor-, le contestó casi en un susurro y medio atragantado por la ansiedad. .....-Aquí están sus $1,000.00. ¿Hay algo más en lo que lo pueda ayudar, Sr. Medina?-, le preguntó al tiempo que le extendía los $1000.00 y el recibo. .....–Muchas gracias y que tenga un buen día- le dijo el joven, al tiempo que Javier miraba atónito el recibo que tenía entre sus manos. .....-Balance $24,880.00 ¡NOOOOOOOO! .....En el mismo día había subido otros $4,000.00. Su pulso estaba muy acelerado. Sentía que se ahogaba. Tenía la lengua reseca y apenas podía tragar. Había esperado que el cajero se diera cuenta de la anormalidad. Que consultara con el manager y le dijeran del error. Pero NADA, absolutamente NADA. .....Si bien él era un hombre con ciertos principios |
morales, esto que le estaba sucediendo le daba esa íntima satisfacción de sentir que se estaba haciendo justicia. .....-Las multinacionales, los bancos, las grandes corporaciones, son las que tienen la manija y el poder. Nosotros, míseros zánganos de este inmenso panal, estamos a la deriva de sus apetitos financieros-, solía decir Javier cuando se tomaba algun vinito de más y la lengua se le soltaba. .....Llegó tarde del lunch. Su aspecto era deplorable. Cuando sus compañeros le preguntaron qué le pasaba, dijo que no se sentía bien. Su jefe, en consideración a los años de fiel servicio a la empresa, le pidió que se ajustara la corbata y que tratara de recuperar los minutos perdidos porque el trabajo tenía que terminarse. El resto de la tarde estuvo completamente ausente. .....Al llegar a casa encontró una nota pegada en la refrigeradora. Era de Virginia. Le explicaba que la habían llamado de urgencia para uno de sus viajes. Trató de avisarle, pero en la oficina le dijeron que no estaba. Intentó al celular, pero éste estaba “temporariamente desconectado”. Al final de la nota, le pedía que no se olvidara de dejarle el cheque al jardinero, de mandar el pago de la casa y pagarle al veterinario por las vacunas de Chiche, su perrita faldera. La terminaba con un forzado “un beso y cuidate”, a modo de despedida. .....Se quitó los zapatos, las medias, los pantalones y se sirvió un vaso de vino. Estaba agotado. Este asunto del banco le estaba desquiciando los nervios. Se dio un baño y se tomó sus pildoras para dormir. Antes de acostarse, obsesionado con el asunto, llamó al servicio automático para verificar el balance de su cuenta. .....“Su balance es de $24,880.00”, dijo la voz neutra de la grabación. .....No podía dormir. Especulaba acerca de lo que estaba pasando. Cualquiera fuera la razón, lo estaba enloqueciendo. Tampoco quería ir al banco a decirles del error. Algo se lo impedía. No quería hacerlo. .....“Que se jodan, como nos joden siempre a nosotros”, pensaba justificándose. “Podría tomar algo más en préstamo. Tengo que pagar una pila de cuentas y sólo tengo $380.00 para llegar a fin de mes”, seguía cavilando mientras daba vueltas en la cama. .....A la mañana siguiente, pasó nuevamente por la ATM, pidió el balance y allí seguían los $24,880.00. Miró hacia todos lados esperando ver algo extraño o alguien que lo pudiera estar vigilando. Tal vez los del Pacific West Bank. ¿Y si fueran narcotraficantes que lo estaban usando? El guardia de seguridad, quien al verlo levantó la mano a modo de saludo, siguió con su monótono ir y venir. Nadie más en los alrededores. .....Al llegar a la oficina, sacó su libreta de cheques, la de los dibujitos de delfines saltando en el agua. Virginia había elegido ese diseño, muchos años atrás cuando abrieron la cuenta juntos. Los cheques llevaban el nombre de ambos y, aunque ella nunca había escrito uno, su nombre aparecía allí como recordatorio de que lo que allí hubiera era de los dos. Escribió cheques por un total de $4,800.00. Y hasta hizo uno para cobrarlo en cash. Todos y cada uno fueron satisfactoriamente pagados. .....Aunque sus deudas por ahora habían dejado de ser el problema inmediato, se lo veía demacrado y ojeroso. Ramiro, su jefe, acostumbrado a verlo siempre pulcro y atento a los detalles, ahora lo notaba distraído y hasta juraría que tenía un tick nervioso que nunca antes le había visto. Caminaba con pasos rápidos y nerviosos. A cada rato se asomaba a la ventana como si estuviera esperando a alguien. Cuando Ramiro lo increpó acerca de su extraña conducta, dijo que no era nada. Se sentó frente a la computadora y no quiso hablar más del tema. .....Día a día, su apariencia fue cambiando. Como en la metamorfosis kafkiana, aquel cincuentón dominado por la esposa y las obligaciones, resignado y hasta pusilánime, se fue transformando en un ser huidizo, paranoico y extraño. Comenzó a faltar al trabajo. Estaba ausente, taciturno, siempre mirando con recelo a su alrededor. Desde su propia perspectiva, Javier pensaba que la vida lo estaba premiando. Que algún error cibernético le estaba compensando por sus años de duro trabajo. .....Después de más de un mes de contínuos depósitos, jamás le habían preguntado ni cuestionado NADA. Y aunque ya no se producían con la misma asiduidad que al principio, lo mismo aparecían cada semana o cada quince días. .....Al regreso de su viaje, Virginia notó profundos cambios en él, pero no quiso entrar en averiguaciones. Sus diálogos últimamente eran como los mensajes enviados por el teléfono, cortos y precisos. Y cuando quiso hacer alguna insinuación acerca de su extraña conducta, Javier, esbozando una sonrisa de idiota, le contestó: .....–Todo está bajo control, las cuentas están pagas, ¿qué más querés, eh? .....Ella, con un gesto de “andate a la mierda”, de una patada cerró la puerta del baño, al tiempo que abría la llave de la ducha. No iba a perder el tiempo discutiendo. En un par de días tenía que marcharse nuevamente y, para desempañarse bien en su trabajo, era importante mantenerse calma. .....Poco a poco, Javier se acostumbró a los extraños depósitos, tanto que cuando no aparecían, se irritaba. No sólo había reinstalado el servicio de su celular, sino que se compró un televisor Plasma de pantalla gigante con un sistema de sonido que hacía temblar las paredes de la casa. La refrigeradora que solía pedir a gritos que le trajeran algo para cumplir con su función de enfriar, ahora estaba abarrotada y, por supuesto, no faltaban las cervezas. Antes no bebía ni limonada, pero ahora no podía desperdiciar el placer de mirar la tele con una cerveza en la mano. Pasaba horas mirando idiotizado películas que ya había visto cientos de veces. .....A menudo se quedaba dormido, y al día siguiente llegaba tarde al trabajo barbudo,sin bañarse y la ropa arrugada. Fue así, que dos meses después de ocurrir el primer depósito, Ramiro lo llamó a su oficina. .....– Javier, últimamente las cosas no han andado muy bien y vamos a tener que hacer ajustes-, le dijo mientras rebuscaba en su mente una manera elegante de ofrecerle el retiro voluntario. Su presencia, más allá de haber dejado de ser productiva para la compañía, estaba trayendo inquietud y malestar entre los compañeros. Todos pensaban que este hombre, que había sido tan dedicado, seguramente estaba desarrollando alguna enfermedad mental que se exacerbaría con el tiempo. Sin pensar dos veces en la oferta que Ramiro le hacía, Javier la aceptó. .....Exactamente tres meses y 15 días desde el comienzo de esta extraña serie de eventos, apareció la primera e inesperada extracción. De un plumazo, su saldo bajó a $10.000.00. Javier, sin entender nada, quedó mudo y aterrorizado .....Tanto se había acostumbrado a los depósitos, que llegó a pensar que le estaban robando. La misma zozobra que había experimentado al principio comenzó a perseguirlo pero, esta vez, con un resultado adverso. .....Ahora, su desesperación crecía al ritmo de las extracciones. “¿Qué haría cuando se acabara la plata? ¿Comenzarían a pedirle lo que había tomado en préstamo? ¿Le quitarían todo? ¿Se quedaría en la calle? ¿Iría preso?” .....De pronto, otro depósito hizo que la cuenta volviera a subir su balance. Las siguientes semanas fueron de sobresalto en sobresalto. Un día el balance subía, al siguiente bajaba estrepitosamente. Los depósitos y las extracciones se sucedían sin control, dejando a Javier a la deriva de esta parafernalia surrealista. .....A la larga lista de píldoras que ya tomaba, ahora le habían agregado las de los nervios y otras para la ansiedad. El médico le había advertido que el alcohol y el stress estaban conspirando contra su corazón. .....Las transacciones siguieron fluctuando hasta que, de pronto, cesaron definitivamente. Y conforme el balance bajaba, Javier se fue perdiendo más y más en aquella extraña e inexplicable realidad. .....Por varios días, el teléfono sonó y sonó. Fue entonces cuando Virginia, desde el hotel en que se encontraba, intuyó que debía llamar al 911. .....Un mes después de la muerte de Javier, la cuenta en el Pacific West Bank había quedado con un magro balance de $1,800.00. Javier había hecho extracciones por un total de $14,500.00. Después de sumas y restas, Virginia sonrió maliciosamente mientras calculaba que la póliza de $500,0000.00 cubriría sobradamente el faltante. |
C U E N T O S |
LA ATM |
Cecilia Davicco |
Cecilia Davicco, organizadora de La Peña Literaria La Luciérnaga, es una cuentista argentina cuyas narraciones reflejan eventos cotidianos. ¨Sus relatos consiguen una conexión con el lector que pocos logran¨, escribieron en un análisis de su obra. |
En 1940, el argentino Adolfo Bioy Casares (1904 -1999) publica La invención de Morel, un libro clave en la narrativa fantástica de la literatura hispanoamericana. En esta novela se devela un tránsito de lo real objetivo a lo real imaginario. Al final, la realidad no es otra cosa que una sorprendente dimensión fantástica de las vivencias concretas que un grupo de personas ha tenido en una isla. Es la aparición en el mundo material de las imágenes grabadas por una máquina que inventó un señor llamado Morel. Este aparato, al reproducir las imágenes, hacía sentir asimismo los olores, los sonidos, el tacto y los sabores de lo fotografiado. La máquina de Morel recibía la energía del mar, por lo que reflejaba las imágenes del grupo de personas que habían vivido en la isla con la perpetuidad de la marea. En el argumento, el narrador es un hombre que huye de la policía y logra llegar a esta isla, de la cual ya sabía —debido a la información que le dio un vendedor de alfombras de Calcuta— que hubo de ser habitada por un buen número de personas que desaparecieron en 1925. En su exploración, el protagonista encuentra las instalaciones y a las personas que, supuestamente, habían desaparecido. Pero es entonces cuando descubre una asombrosa realidad: él era invisible para aquella gente. Los observa y en breve tiempo se enamora de una bella mujer de nombre Faustina. No obstante, de hecho, su amor no podía ser correspondido, puesto que se había llevado a cabo una inversión de la realidad. Nadie veía ni sentía su presencia. El, para ellos, era ficticio, y la gente de la isla venían a ser las imágenes reales de un tiempo pasado que aquellos hombres y mujeres habían repetido mediante escena de gestos, palabras y acciones. Un día, encuentra la máquina inventada por Morel en el sótano de un museo y se da cuenta de que su única posibilidad para obtener el amor de Faustina está en fotografiarse al lado de ella y de que su imagen entre a formar parte de aquel mundo imaginario. Así, también tendrá la oportunidad de inmortalizarse. Al hacerlo, recurre a la mímesis para aprender las acciones de aquellos personajes y, superponiéndose a lo que ya estaba grabado anteriormente, se deja fotografiar por la máquina. De esta manera se convierte en un nuevo actor que consigue, con sincronía, introducirse en la escena. Pero enseguida siente que ha comenzado a morirse, y es entonces que sabe que lo espera el otro lado de la realidad, donde ha de suponer que se encuentra el amor y la vida eterna. De modo que en La invención de Morel la inversión de lo real por lo fantástico nos puede decir que el sentido de la vida no acaba con la muerte. El ser humano, en su corporeidad, también cuenta con la imaginación para una trascendencia mítica o metafísica. Gracias a la memoria, el hombre puede recuperar la esencialidad de su pasado, y por la imaginación es capaz, incluso, de proyectar una deseada dimensión futura. La verdadera realidad, compuesta por lo material y lo espiritual, por lo objetivo y subjetivo, resulta ser infinita en tanto es un viaje que va de lo humano a lo trascendente. Lo fantástico —en este caso digamos asimismo lo imaginario— es un plano de la trascendencia. Para el artista, la trascendencia es entrar en lo desconocido. En este caso, es el alquimista mediante la palabra; la transmutación de un presente conocido en algo mucho más esencial y sublime: ir hacia lo prodigioso; lo que para un místico significa viajar hacia Dios y fundirse con la luz divina. La vida puede ser entonces un viaje de transmutación que termine en lo inverso o lo que podría denominarse también como “lo ausente” de este mundo concreto. Para el escritor, el poeta y/o el narrador, el encuentro con ese “estar ausente” es la magia de la palabra. Naturalmente que La invención de Morel tiene un sinnúmero de lecturas, y entre ellas he escogido este tema que propongo como de “realidad inversa”. El mismo Jorge Luis Borges ha dicho de esta novela que en ella Bioy Casares “creó una odisea de prodigios que no parecen admitir otra clave que la alucinación o el símbolo, y plenamente los descifra mediante un postulado fantástico, pero no sobrenatural”. En efecto, es una novela alucinante, en la que lo sobrenatural no existe porque lo fantástico deviene realidad. La fantasía o dimensión imaginaria es aquello que siempre ha estado ausente de nuestro entorno de coordenadas muy concretas, y que sólo se logra alcanzar si ponemos a funcionar nuestra imaginación. Lo ausente es así lo imaginario que hacemos presente en el proceso de los sueños, tanto cuando imaginamos despierto como dormidos. Es nuestro proceso de invención, de creatividad imaginaria. De aquí que esta novela sea una metáfora; o mejor, una alegoría de la alucinación o el símbolo. Lo que significamos como realismo en la literatura universal se ha dedicado a reproducir —sin poder eludir, por supuesto, su carácter de hecho ficcional— las vivencias existencialmente objetivas del hombre. Sin embargo, la irrupción de lo fantástico, fundamentalmente en la narrativa, ha propiciado una ampliación enorme en los campos de la filosofía y la psicología (con independencia de las diversas y numerosas corrientes posmodernistas), que en la actualidad la ciencia está considerando cada vez más como insoslayables temas de investigación. El desarrollo de la computación y los fenómenos —consumados ya— de la holografía y la realidad virtual lo atestiguan. Fue Julio Verne el que imaginó el primer viaje a la luna y el primer submarino atómico, entre tantas cosas más; inventos que antes de su tiempo eran increíbles. No obstante, ahora forman parte del acervo cotidiano del hombre… Por esta razón, y para concluir, nos preguntamos: ¿se podría entonces descreer de La invención de Morel? ¿No será Adolfo Bioy Casares, en lo imaginario, un precursor de la materialización que constituye ya el hecho de la holografía y la realidad virtual? (En la narrativa de Adolfo Bioy Casares, además de lo fantástico, encontramos el sentido de la existencia humana a través de las relaciones afectivas. Entre las numerosas distinciones de este portentoso escritor destaca el Premio Cervantes recibido en 1990. Escribió obras en estupenda colaboración con Jorge Luis Borges, bajo el seudónimo de Honorio Bustos Domecq. Algunos libros suyos son: Seis problemas para don Isidro Parodi, El gran Serafín, Diario de la guerra de los cerdos, Historias de amor, El héroe de todas las mujeres, Antología de la literatura fantástica, entre muchas más). |
E N S A Y O S |
ADOLFO BIOY CASARES: LA INVENCIÓN DE MOREL O LA INVERSIÓN DE LA REALIDAD |
Manuel Gayol Mecías |
Manuel Gayol Mecías es un escritor y periodista cubano. Graduado de licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana, en la Universidad de La Habana en 1979, fue investigador literario del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas (1979-1989). Ha obtenido varios premios literarios, entre ellos, el Premio Nacional de Cuento del Concurso Luis Felipe Rodríguez de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) 1992. Trabajó como editor en la revista Contacto, Burbank, California, en 1994 y 1995. Desde 1996 y hasta 2008 fue editor de estilo (Copy Editor), editor de cambios (Shift Editor) y editor propiamente en el periódico La Opinión, de Los Ángeles, Estados Unidos. Sus obras incluyen Retablo de la fábula (Poesía, Editorial Letras Cubanas, 1989); Valoración Múltiple sobre Andrés Bello (Compilación crítica, Editorial Casa de las Américas, 1989); El jaguar es un sueño de ámbar (Cuentos, Ediciones Extramuros del Centro Provincial del Libro de La Habana, 1992); Retorno de la duda (Poesía, Editorial Vivarium, Centro Arquidiocesano de Estudios de La Habana, 1994). |
El éxito consiste en obtener lo que uno quiere. La felicidad en querer lo que uno obtiene. La ingenuidad es la madre de todos los vicios. "Dios ha muerto" (Nietzsche). "Nietzsche ha muerto" (Dios). En la guerra llaman victoria a miles de homicidios. Los optimistas mueren pensando en que no morirán. Una amiga a otra: "¡Si quieres saber lo que dicen en la oficina de ti, me encantaría decírtelo!" Hay políticos liberales que actúan de manera conservadora. La sordera es un defecto inaudito. A la gripa del virus H1N1 la llaman pan-demia porque el contagio ha sido en masa. El noviazgo es ciego, pero el matrimonio nos abre los ojos. Lo peor que le puede suceder a un tenista es ser raquítico. Definición de Narcisista: Alguien que se ve mejor que usted. |
R E F L E X I O N E S |
MÁXIMAS Y MÍNIMAS |
Rafael Carvajal |
Rafael Carvajal es de Colombia. Escribe ingeniosos dichos populares. |